PB

Si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiarte a tí mismo.

lunes, 28 de junio de 2010

Ggg.

¿Alguna vez os ha invadido sin razón una rabia incomprensible? Incomprensible porque no sabes de donde sale, que te crispa y te cabrea, que te salta las lágrimas por algún motivo oculto y tú, no puedes retenerlas, que explota como una granada sin anilla y afecta no solo a tu persona también a los de tu alrededor.

Los demás la malinterpretan, la dan la vuelta, se culpan, te culpan, nos miran con malos ojos. Se piensan que son los celos, envidia... -NO- les gritas. Simplemente se han acumulado un gran número de cosas en mi vaso y una pequeña gota tuya, lo ha colmado.


Que difícil resulta a veces hacer entender a la gente tus enredados pensamientos. Tu no estas para explicar y ellos no están por labor de escuchar y entender lo que tienes que decirles. En esos momentos lo mejor es guardar silencio, callar y esperar a que estos enfrentados sentimientos que bullen en nuestro interior se calmen. Pero, aún cuando están calmados no soy capaz de exteriorizarlos con acierto. Perdonadme, no es fácil transformar, convertir, expresar en palabras lo que siento o sentí en ese momento.

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